Retratódromo: similares y dispares.
Martín Carpaneto – Federico Fernández – Leonardo Garibotti
Pinturas
Curadora: Mariana Rodríguez Iglesias
Martín Carpaneto – Federico Fernández – Leonardo Garibotti
Pinturas
Curadora: Mariana Rodríguez Iglesias
Competidores inventados, extraídos de la pura fantasía, movidos por la voluntad de recrearvivencias. Una carrera que tiene como meta la propia acción de correrla. Un espacio,decenas de rostros, tres gestos.
Frente a la representación de figuras, de “un alguien”, es difícil despegarse de la pregunta por la identidad de la misma manera que se olvida, por reivindicar otra cosa, al arte que quiere existir en si mismo. Una poética que no viene a superar la Historia del Arte, borrarla para volverla a escribir.
Nos referimos a una obra que simplemente quiere ser, quiere mostrarse tal cual es.
De cara a estos “nadies” se nos propone algo distinto, porque son ellos mismos los que se presentan y no lo hacen a la vez. No importa quiénes sean o quiénes dejen de ser, lo que importa es lo que dejan ver y como lo hacen a través de una pintura que se afirma en sus particularidades. Esta es la carrera que está siendo corrida.
De cara a estos “nadies” se nos propone algo distinto, porque son ellos mismos los que se presentan y no lo hacen a la vez. No importa quiénes sean o quiénes dejen de ser, lo que importa es lo que dejan ver y como lo hacen a través de una pintura que se afirma en sus particularidades. Esta es la carrera que está siendo corrida.
No estamos frente a personas, como acostumbramos a estar cuando miramos un retrato. Sin situación y sin contexto estos rostros están en lugar de otra cosa, no hay rastro narrativo que nos haga partícipes de una historia. Estos gestos son más que rostros o figuras. Los rastros de materia, las líneas de tinta o transparencias de pintura, son la cara de estos gestos. Por medio de ellos se visten y se presentan las ideas que en cada caso, y sin referir a lo específico del retrato que podría ser la identidad, hablan de lo humano.
La figura humana es tomada como excusa. Su tratamiento no nos lleva a pensar en el referente como un sujeto real, por lo tanto será mejor dejarse invitar por estos personajes, dejar que nos hablen y nos guíen y así poder participar en este Retratódromo.
CUIDADO: Laboratorio ensayando!
Una característica relevante de esta muestra es que la producción de los tres artistas se fue gestando en un mismo taller, las obras de cada uno se nutre de la convivencia, la personalidad y las obras de sus compañeros. Casualmente el texto crítico que acompaña la exposición Retratódromo: similares y dispares fue escrito de una manera que acompaña este proceso. Varias personas gestamos los textos intentando no tanto anular las individualidades en pos de una democracia de la mayoría, sino aceptando las diferentas como aquella parte enriquecedora del juego. Que el intercambio fuera la fuente misma de la reflexión.
Como suele pasar con esas cosas que nacen de las vísceras mismas, se trata de un producto que es el resultado de la mezcla de muchísima intuición con una alta cuota de delirio y algo de pretensiones.
Intuimos que una crítica de arte renovada –práctica y emotiva- es posible. Deliramos con la idea de que un tipo de escritura colectiva –donde las autorías se confundan- es viable. Pretendemos que esto siga adelante y se vuelva
una metódica bien propia.
Entendemos que, así como el arte contemporáneo se jacta de desobedecer reglas y correr los límites, la crítica debería empezar a hacer lo mismo: tomar en cuenta elementos lúdicos, sensibles, incluso ficcionales, a la hora de producir pensamiento. Queremos funcionar como un laboratorio donde ensayo y error es el camino para el descubrimiento de algo que todavía es prototipico. Nos proponemos un tipo de producción intelectual sobre el arte que sea, a su vez, una expresión más de este paradigma.
El grupo está compuesto por Noemí Aira, Tatiana Kohan, Ana Schwartzman y Mariana Rodríguez Iglesias. Las cuatro son alumnas avanzadas en la licenciatura en Artes de la UBA y están ensayando una forma de escritura.
Entendemos que, así como el arte contemporáneo se jacta de desobedecer reglas y correr los límites, la crítica debería empezar a hacer lo mismo: tomar en cuenta elementos lúdicos, sensibles, incluso ficcionales, a la hora de producir pensamiento. Queremos funcionar como un laboratorio donde ensayo y error es el camino para el descubrimiento de algo que todavía es prototipico. Nos proponemos un tipo de producción intelectual sobre el arte que sea, a su vez, una expresión más de este paradigma.
El grupo está compuesto por Noemí Aira, Tatiana Kohan, Ana Schwartzman y Mariana Rodríguez Iglesias. Las cuatro son alumnas avanzadas en la licenciatura en Artes de la UBA y están ensayando una forma de escritura.
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